El lobby es una actividad que puede ser poco conocida para muchos. Además, entre quienes han escuchado el término, es posible que la concepción que tengan de ella no sea necesariamente positiva.
En esta oportunidad te presentamos información completa sobre la acción de hacer lobby y sus implicaciones para el desarrollo de las naciones y el mundo.
En el libro Lobby en positivo, Necesaria intersección entre los poderes legislativo y ejecutivo y el mundo empresarial, de David Álvaro García, descubrirás todo lo que necesitas saber sobre una práctica en torno a la que no se ha escrito demasiado, en especial con la finalidad de darla a conocer.
Comenzaremos por aclarar algunos términos antes de profundizar en la importancia del lobby.
La palabra lobby se corresponde con el espacio físico de la zona de espera en los hoteles o de ciertas instituciones gubernamentales. El autor de Lobby en positivo comenta varias historias que explican el origen del uso del término en la actualidad.
En todas ellas, miembros de la monarquía en Inglaterra e incluso un presidente norteamericano, eran esperados en el lobby del hotel, o en los pasillos del palacio, por personas que deseaban abordarlos para plantearles sus problemas y necesidades, a fin de obtener respuestas para ellas.
Es así como a la acción de esperar a personalidades de poder para abordarlos y pretender obtener respuestas a sus intereses, se le comenzó a llamar hacer lobby.
Es probable que relaciones este término con actividades en las que un grupo de personas se encarga de influenciar a otra u otras para conseguir sus propósitos. Con frecuencia, las personas que no confían en el lobby y en quienes lo practican, centran su opinión en fraudes o en acciones ilegales que han ocurrido bajo ese nombre.
No obstante, el autor David Álvaro García presenta una visión muy diferente, en la que, desde los primeros capítulos, se encarga de aclarar qué es el lobby y qué no lo es.
La mayoría de las definiciones de lobby lo describen como una acción en la que un grupo de personas se reúne para ejercer presión sobre otra persona o ente gubernamental, a fin de lograr que se alcancen los fines que son de su interés. Lo anterior es cierto y hace alusión a algunos aspectos que caracterizan el lobby, sin embargo, no hace justicia a la importancia que tiene para la sociedad.
David Álvaro García se ocupa de establecer que el lobby pretende el logro de objetivos que favorecen a un grupo de personas, pero que esto no necesariamente chocan con el bien de la colectividad. A través de una narrativa sencilla y elocuente, el autor deja claro que hacer lobby es un derecho que los seres humanos hemos ejercido desde el principio de la humanidad.
Los abundantes ejemplos empleados por David Álvaro García en el libro Lobby en positivo ilustran de manera magistral cómo las personas a lo largo de la historia nos hemos beneficiado de la intervención de terceros para alcanzar ciertos fines, y eso es hacer lobby.
Para el autor, el lobby es un instrumento facilitador de soluciones, anticipador de posibles dificultades y canalizador de demandas e intereses contrapuestos.
Para David Álvaro García, existen tres aspectos fundamentales que contribuyen a la imagen negativa del lobby entre el ciudadano común:
Todos estos aspectos han contribuido a la imagen negativa del lobby e impide que la sociedad comprenda de qué se trata realmente.
El lobby es, desde la perspectiva que presenta David Álvaro García, un ejercicio del derecho a pedir acciones específicas a nuestros gobernantes o personas de poder. El autor parte de la premisa de que las personas organizadas pueden defender posturas concretas y trabajar para darlas a conocer y llevarlas a cabo.
Además, con la lectura de Lobby en positivo comprenderás que las opciones que presenta el lobby a los gobernantes y legisladores, ofrecen mejores perspectivas al momento de tomar decisiones.
El autor de este libro asegura que el lobby, por lo general, persigue la defensa de los intereses de un actor determinado, que habitualmente coincide o suele casar con los intereses del colectivo. De esta manera, la sociedad en su conjunto avanza, prospera y mejora.
Se trata de que el lobbista conozca los detalles del sector en el que trabaja. Esto le permitirá convertirse en un mediador que podrá canalizar actividades tendentes a promover las acciones que interesan al sector, pero que además benefician a la colectividad.
El perfil de un lobbista que cumpla con su trabajo correctamente implica la capacidad para generar sinergias, alianzas y entendimientos, entre actores que pertenecen a sectores diferenciados, con el fin de encontrar respuestas y lograr los objetivos comunes.
Lobby en positivo es un texto que te permitirá comprender todo lo que necesitas saber sobre esta actividad de consultoría que tanto ha beneficiado a la sociedad, a pesar de la mala reputación que aún le persigue. Apúntate a profundizar en este tema de la mano de un experto como David Álvaro García y descubre la importancia y los beneficios de esta labor para tu organización y para la comunidad.
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